Mi nombre es Gabriel y en el momento que comenzó esta historia yo tenía 16 años, y mi hermanita Adela 14
Relato
En ese tiempo, nuestro hermano mayor, Carlos se estaba presentando en el ejército para cumplir con el servicio militar obligatorio, el cual le toco hacer un año en el ejército, en el cuartel de “La Tablada” a unos 30 kilómetros de casa.
El caso es, que cuando él tenía 15 o 16 años y yo 11 o 12, aprendí con él a masturbarme, y ya a mis 16 años, eyaculaba como un adulto.
Adela mi hermanita ya con 14 años, también se masturbaba, pues una tarde a la siesta, la sorprendí haciéndolo, ella al verse descubierta, asustada, me rogo e imploró que no le dijera nada a mamá.
Yo la calmé y le confesé, que yo también lo hacía y quien me había enseñado, allí ella me confesó que en la escuela, con un grupo de amigas, contaban cosas del sexo, y algunas, cómo les fueron la primera vez, una con un amigo, otra con un tío, otra con un primo, etc.
Esa misma tarde mamá, cómo hacía a menudo, había ido a la casa de una hermana mayor que ella, no recuerdo por qué motivo, y por lo general volvía después de las 18 horas, pues papá volvía del trabajo alrededor de las 20 horas y ya mamá tenía, la cena lista.
Esa tarde cómo a las 14 horas, cuando descubrí a mi hermana, estuvimos platicando de sexo, yo le pregunté:
¿Y tú cómo te masturbas, me puedes mostrar? Ella me respondió:
¡Ayyy, no, me da mucha vergüenza! Yo le dije:
¡Hagamos una cosa, masturbemosno los dos uno frente al otro, sin tocarnos!
Ella se estuvo negando, hasta que al final accedió, pero sin desnudarnos totalmente, y así lo hicimos, ella se puso un short, y se lo bajó junto con sus bragas, hasta las rodillas, dejándome ver su casi lampiña conchita yo hice lo mismo me baje el pantalón corto y el calzoncillo, dejando mi pija morcillona, a la vista de ella, que al verla, quedó sorprendida, por el tamaño.
Cabe acotar que mi hermano Carlos, me tenía envidia, por qué mi pija era más grande que la de él.
Y cuando comencé a masturbarme delante de mi hermana, y se me puso bien al palo, ella ya se estaba masturbando, frotándose el pubis y el clítoris con furia, yo me arrimé a ella, con intención de cogérmela pero ella me detuvo, diciéndome:
No te atrevas, has dicho sin tocar, y si tú me llegas a coger, con esa enorme pija que tienes, me vas a destrozar, esto se terminó aquí, mantente alejado de mí, y si quieres contarle a mamá, cuéntale, que yo después contaré lo mío.
Y así estuvimos casi 2 semanas, haciendo la vida normal, evitando hablar de sexo entre nosotros, pero yo deseaba volver a tener pláticas de sexo con mi hermana.
Un día que estábamos solos yo le dije:
-Mira Adela, te voy a proponer algo, déjame explicarte, lo que yo deseo.
En primer lugar y ante todo yo nunca más, voy a tratar de cogerte, soy consciente de que: Una, de qué somos hermanos, y segundo, aún nunca me cogí a una mujer, y en mi primera vez, lo quiero hacer, con una mujer mayor, por qué no sé bien, cómo se debe de hacer.
Y así volvimos a hablar y comentar, lo que escuchábamos decir a amigos y compañeros de escuela.
Un día, Adela me comenta, que una compañera de ella se masturba, mientras la hermana mayor de ella, le lambe y le chupa la concha, y así acaba más rápido y mejor. Yo le dije:
¿Si tú quieres, probamos, yo te lambo y te chupo la conchita mientras tú te masturbas? Ella me dijo:
¡Sí, pero yo tengo miedo, que en algún momento de mi calentura, tú me vayas a coger! Yo le respondí:
Bueno, hagamos una cosa, tú te sientas al borde de la cama a masturbarte, y me pongo arrodillado ante ti, y te voy lamiendo y chupando la conchita, mientras me masturbo apuntando mi pija, hacia debajo de la cama, y así tú acabas en mi boca, y yo, acabo allí abajo. Ella me dijo:
¿Pero así regaras de semen por el piso y luego lo tenemos que limpiar? Yo le dije:
No te preocupes por eso, Carlos dejó en nuestro cuarto, una caja de condones, yo me pongo uno, y eyaculo dentro de él y así no ensuciamos nada. Ella me dijo:
Buena idea, y así lo hicimos, juro que la conchita de mi hermanita y sus acabadas son deliciosas.
Con el tiempo, yo le fui diciendo:
Veo que a ti, te gusta mucho, como yo te lambo y chupo tu conchita, me gustaría que tú me hicieras algo así, a mí. Ella me respondió:
Ummmm, tienes razón, yo estuve tentada de hacerte algo de eso, pero temí que me tomaras por una puta. Yo le dije:
Te prometo que de mi boca, jamás saldrá una palabra ofensiva hacia ti, y desde ya, tú me puedes pedir todo lo que esté a mi alcance, que aré lo imposible, para complacerte.
Llegamos a unos momentos en que, totalmente desnudos hacíamos unos 69 increíbles, ella me realizaba unas lamidas y chupadas de pija, de campeonato, y hasta aceptó tragarse todo mi semen, pues le daba asco, chuparme la pija con el condón.
Y así fue pasando el tiempo, nuestro hermano mayor, terminó el servicio militar y estuvimos un tiempo, en casa los tres, allí Adela y yo, estuvimos un tiempo alejados de nuestras travesuras, hasta que papá consiguió, que lo incorporaran en la empresa donde papá trabaja, y allí quedó, empleado, y allí se iban y volvían juntos, papá y él, y Adela y yo volvimos a lo nuestro.
Así fue pasando el tiempo, Carlos ya tenía 25 años se había casado y vivía con sus suegros, yo tenía 21 años, me salvé de hacer el servicio militar por número bajo, y Adela con 17 años, andaba de novia, desde hacía dos años, con un chico de 19 años próximo a hacer el servicio militar.
Un día platicando con Adela, ella me confió, que estaba teniendo sexo con su novio, yo al momento le advertí:
Mientras tú estés de novia, nunca tengas relaciones sexuales, sin preservativo, no te fíes de la ovulación femenina, ni de las pastillas, ni de los DIU. El forro es lo más seguro.
El tiempo fue pasando, y yo veía que mi hermana, disfrutaba más intensamente de nuestras travesuras, y a mi pija la trataba, cada vez con más cariño, hasta que en un momento de nuestro juego, yo estando acostado boca arriba, esperando para hacerle el acostumbrado 69, ella, en vez de poner su deliciosa conchita sobre mi boca, aferró mi dura pija, y colocó el glande entre sus carnosos labios vaginales y recorrió toda su raja con él, desde su ano, hasta su clítoris, por dos veces, yo podía haber levantado mis caderas y ensartar a mi hermana, de una, pero me contuve, y la dejé hacer lo que quisiera, al momento puso su conchita sobre mi boca, y mi dura pija en la suya, embadurnada con los flujos de su vagina, y al momento que comencé a lamerle la conchita, Adela alcanzó cómo nunca un orgasmo intenso e inmenso, regalándome una acabada de flujos brutal, yo mismo me aferré la pija y ella mantenía mi glande dentro de su boca, hasta que eyaculé copiosamente, tragándose todo mi semen. Una vez que se tragó la última gota, se dejó caer a mi lado, totalmente exhausta. Luego de unos minutos de descanso juntó su boca a la mía, y nos dimos un beso de lengua como nunca. Y me dijo:
“¡Cochino, te tragaste todos mis flujos! Yo le respondí:
¡Ummmm, estaban riquísimos, deliciosos, y además, casi me haces perder e incumplir mi promesa, de no cogerte! ¿Qué te ha sucedido? Ella me dijo:
Las cosas con mi novio, no andan bien, no me satisface plenamente, como lo haces tú, si no fuera por ti, hace rato que hubiera roto con él, tienes razón, estuve a punto de ensartarme yo misma, en tu brutal pija, te voy a ser sincera, hace un tiempo ya que tengo la vagina insatisfecha, la pija de mi novio, no me satisface, y además, el hace todo lo posible para que yo alcance algún orgasmo, pero no sé, no lo alcanzo. El eyacula, pero yo no. Yo le pregunté:
Entre nosotros, ¿Cómo es, la de él? Ella ruborizándose me dijo:
Así a ojo, la mitad de la longitud de la tuya, y lo mismo del grosor. Yo le dije:
Mira, por hoy es muy tarde, en un rato llegan papá y Carlos, por hoy dejemos todo así, piénsalo y cuando, tú decidas algo, vemos.
Pasaron unos días, papá y Carlos vinieron con la novedad de que la empresa iba a dar una fiesta, pues se casaba la hija del propietario, y estaban invitados todos los empleados de la empresa con sus respectivas esposas, pues la hija, también trabajaba en dicha empresa, nuestros padres, y Carlos con su esposa, asistirían, pero Adela y yo, no, pues no estábamos invitados, así que ese sábado por la noche, estábamos libres de ir y hacer, lo que quisiéramos. En un momento a solas. Adela me dijo:
El sábado por la noche nosotros también estaremos de luna de miel.
Sábado 19 horas, nuestros padres salen de casa rumbo a la iglesia, la ceremonia era a las 20.
A las 19,30 horas, Adela y yo, después de cerrar bien la puerta de calle, y dejando la llave con media vuelta, para que de afuera no puedan entrar. Adela y yo, nos desnudamos totalmente y nos metimos al baño, y cómo nunca habíamos podido hacer, nos bañamos el uno al otro, muy meticulosamente, Adela me acarició, besó, lambió y chupó tanto mi pija, que estuve a punto de eyacular, más de una vez, por supuesto yo le di un muy buen trato, a su bien depilada conchita, haciéndole alcanzar, varios orgasmos a cuenta.
Terminados de bañar, Adela me llevó de la mano a su recámara, y me mostró, todo lo que había preparado, el colchón de su cama estaba cubierto por una bolsa plástica encima tenía cómo un cobertor de tela sintética símil piel de armiño blanco, que al contacto, te eriza la piel, excitándote, al máximo, sacó un frasco de aceite cómo de almendras, para bebé, y nos rociamos los dos. Las tetas de Adela estaban duras con sus pezones, duros como pitones. Y de mi pija, ni hablemos, la tenía tan dura, que temí que se me quebrara, cómo un tubo de vidrio. De pronto ella me dijo:
¡Mira Gabriel, esta noche nada de forros, ni condones, ni preservativos, ya tome las píldoras y en unos días más me ha de venir la regla, así que no me jodas, vamos a coger a pelo! Tu échate en la cama, y déjame hacer a mí, no te vas a arrepentir. Dicho y hecho, se subió a la cama, colocó de frente a mí, con un pie a cada lado de mis caderas, y fue bajando en cuclillas, hasta aferrar mi dura pija, allí colocó el bien aceitado glande, cómo la vez anterior, entre sus carnosos labios vaginales, recorrió toda su raja con él desde su ano, hasta su clítoris, y a la vuelta lo detuvo justo a la entrada de su excitada vagina, y allí se fue dejando caer, suavemente, con cuidado, pues el canal de su vagina se sentía muy estrecho. Yo le dije:
¡Espera, déjame a mí, que prepare mi pija! Yo le vi la cara, y le dije:
¡Tranquila, confía en mí! Y ella accedió.
Yo tomé mi pija, con la piel de mi prepucio me cubrí bien el glande, y así con el glande cubierto, se la acomode en la entrada de su vagina, y como me relajé un poco, mi pija aflojó en su dureza, y el glande entró unos cinco centímetros, después de allí, note que la vagina, ya no era tan estrecha, así que Adela siguió dejándose caer y mi pija literalmente fue chupada por vagina, y dado que en la base, el grosor de mi pija es menor, quedé prácticamente abotonado a ella, como un perro, allí comencé a moverme, ella frotaba su lampiño pubis contra mi pelambre, y eso enardecía a mi pija y excitaba a su clítoris y así ella comenzó a alcanzar una serie interminable de orgasmos yo sentía como los músculos de su vagina masajeaban mi durísima pija, de una forma indescriptible. Adela no lo podía creer, y decía:
No deberíamos ser hermanos, esta pija está hecha para mi concha, y mi concha está hecha para ésta pija, donde podre encontrar, otro macho similar a éste.
Adela, estaba eufórica, alcanzaba un orgasmo tras otro, de pronto quiso sacar mi pija de su vagina, para repetir la penetración, pero no pudo mi pija estaba como chupada por su vagina, hasta yo me alarmé, pero qué debía hacer, Adela asustada y cansada, ya estaba por llorar. Yo le dije:
Quédate tranquila, acuéstate con cuidado delante de mí, relájate y descansa.
Los dos quedamos haciendo cucharita ella siguió masajeando mi pija con sus músculos vaginales, esos masajes me excitaron tanto, que eyaculé copiosamente, una vez que Adela sintió mi eyaculación, se relajó, hasta quedarse dormida, yo también me dormí, hasta que en un momento dado, sentí ganas de orinar y cuando me moví, me di cuenta que mi pija estaba afuera de la vagina de mi hermana, yo me incorporé y fui al baño a orinar y de paso me di, una ducha rápida, para quitarme el aceite de bebé, fui a mi alcoba, me puse una muda limpia la bata salto de cama y baje a cerrar bien la puerta de calle y quitar la llave, desperté a Adela diciéndole:
Levántate y arregla tú alcoba que ya están por llegar papá y mamá, que seguro que vendrán a ver cómo estas. No pasó media hora, que oímos entrar a nuestros padres.
Relato erótico enviado por Anonymous el 14 de December de 2007 a las 13:35:08 - Relato porno leído 783538 veces
Si te ha gustado Mi hermanita a pesar de ser chiquita. vótalo y deja tus comentarios ya que esto anima a los escritores a seguir publicando sus obras.
Por eso dedica 30 segundos a valorar Mi hermanita a pesar de ser chiquita..
te lo agradecerá.
Comentarios enviados para este relato
katebrown
(18 de October de 2022 a las 21:37) dice:
SEX? GOODGIRLS.CF katebrown
(18 de October de 2022 a las 19:16) dice:
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(18 de October de 2022 a las 19:13) dice:
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